jueves, 11 de junio de 2020

La práctica lo hace permanente

[SIN_AUDIO] Sí, ésa soy yo cuando tenía 10 años. Me encantaban los animales, los trabajos manuales y soñar.
En esa época, yo era la reina beligerante de la anti matemática.
Yo desprecié, ignoré, reprobé y odié francamente la matemática y la ciencia a todo lo largo de la escuela primaria y secundaria.
Eso es extraño, porque ahora soy profesora de Ingeniería.

Me alisté en el ejército en cuanto salí de la escuela secundaria para estudiar idiomas en el Instituto de Idiomas de la Defensa.
Ésa soy yo cuando tenía 18 años.
Me veía muy nerviosa y concentrada lanzando una granada de mano.
Sólo empecé a estudiar matemática y ciencia cuando tenía 26 años, después que salí del ejército.
Al principio se me hizo muy difícil.
En mis clases había alumnos que pensaban muy rápidamente, y que parecían entender todo más facilmente y más rapidamente que yo.
A veces tomaba una pausa por unos pocos meses, me iba y trabajaba como traductora de ruso en barcos de arrastre soviéticos.
Ésta soy yo en el Mar de Bering.
Después regresaba a la escuela e intentaba aprender un poco más.
A medida que fui adquiriendo destreza técnica, se me empezaron a abrir nuevas puertas.
Terminé trabajando como operadora de radio en la Estación del Polo Sur en la Antártida, y allí conocí a mi esposo.
Siempre digo que tuve que ir hasta el fin del mundo para conocer a ese hombre.
Aquí está él, después de apenas 10 minutos a la intemperie a menos 70 grados Farenheit con un viento de 60 millas por hora.
El efecto del viento intensifica el frío increíblemente.

Ahora, a mí no se me hacía fácil naturalmente ni la matemática ni la ciencia. En lo absoluto. Yo logré tener éxito porque gradualmente logré descubrir algunos trucos.
Pero, retrocedamos un poco.

En el esquema grande de todas las carreras y disciplinas diferentes que pueden estudiar las personas, ¿por qué las que incluyen matemáticas y ciencia constituyen a veces mayores desafíos?
Creemos que tal vez esto sucede, al menos en parte, debido a a naturaleza abstracta de las ideas.
Es decir, tomemos por ejemplo una vaca que está en medio del campo.
Si te dan la palabra vaca, puedes señalar directamente a la vaca para aprender el significado de esa palabra. Incluso las letras de la palabra vaca, V A C A, equivalen aproximadamente a los sonidos a los que corresponden.
Pero en relación con las ideas matemáticas, con frecuencia no hay nada análogo a lo que se pueda señalar. No hay signos de suma en el medio de un campo.
No hay multiplicación, ni división ni cosas semejantes que puedan equivaler directamente a mini términos matemáticos ni científicos.
En otras palabras, estos términos son más abstractos.
Pero Ustedes podrían decir, ¿y qué sucede con conceptos como amor, entusiasmo o esperanza? Todos son abstractos.
Sí, lo son, pero lo que sucede es que estos términos abstractos se relacionan con frecuencia con nuestras emociones.
Podemos sentir nuestras emociones, aún cuando no podamos ver y señalar ejemplos concretos, como podríamos hacer con la vaca.

Esto quiere decir que es importante practicar con ideas y conceptos que estés aprendiendo en matemática y ciencia, tal como con cualquier otra cosa que estés aprendiendo, para ayudarte a mejorar y fortalecer las conexiones neurales que estás haciendo durante el proceso de aprendizaje. Aquí a la izquierda ven la representación simbólica de un patrón de pensamiento.
Las neuronas se van uniendo a través del uso repetido.
Mientras más abstracto es algo, más importante es practicar para convertir esas ideas en realidad para ti.
Aunque las ideas que estés manejando sean abstractas, los patrones neurales de pensamiento que estás creando son reales y concretos.
Al menos lo son si los construyes y los fortaleces mediante la práctica. Aquí ven una manera de visualizar lo que está sucediendo.
Cuando comienzas a entender algo, por ejemplo, cómo solucionar un problema, el patrón neural está allí, pero es muy débil.
Tal como el patrón desvaído que está en la parte superior de nuestra analogía de la máquina de pinball que tenemos aquí.
Cuando vuelves a resolver el problema desde el principio, sin ver la solución, si comienzas a profundizar ese patrón de pensamiento, es algo como este patrón más oscuro que ven aquí en el centro, Y cuando ya resuelves el problema con facilidad, cuando vuelves a hacer cada paso completa y concisamente en tu mente sin siquiera ver la solución, e incluso has practicado con problemas semejantes, en ese momento el patrón es como éste oscuro y firme que ven en la parte inferior del marco.
Lo que practicas se vuelve permanente.

Cuando estás aprendiendo, lo que tienes que hacer es estudiar algo, estudiar duro concentrándote con intención.
Después, haces una pausa, o al menos cambias tu foco hacia algo diferente por un rato.
Durante este rato de aparente relax, el modo difuso de tu cerebro tiene la oportunidad de trabajar en el fondo y ayudarte a comprender conceptualmente.
A tu cemento neural, de cierto modo, le da chance de secarse.
Si no haces esto, sino que aprendes abarrotándote, tu base de conocimiento tendrá una apariencia como ésta, todo desordenado y con una base confusa y pobre.
Si tienes problemas de procrastinación o pérdida de tiempo, te conviene usar el Pomodoro, el reloj de cocina.
Eso te ayudará a seguir, usando breves períodos de atención concentrada cada día, que te ayudarán a comenzar a construir los patrones neurales que necesitas para tener más éxito en el aprendizaje de materiales más desafiantes.
En la próxima sesión, hablaremos sobre la fragmentación, la esencia vital de cómo comprender y dominar ideas clave.

Soy Barbara Oakley. Soy Barbara Oakley. Gracias por Aprender a Aprender. [SIN_AUDIO]

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