lunes, 4 de mayo de 2020

Aprovechar a tus zombis para que te ayuden

En este video, vamos a ver cómo pueden Ustedes aprovechar sus poderes zombie de hábito para evitar la procrastinación y al mismo tiempo usar al mínimo la fuerza de voluntad.
No tienen que hacer un cambio total de sus viejos hábitos.
Sólo tienen que anular parte de ellos y desarrollar unos nuevos.
El truco para anular un hábito es buscar cambiar tu reacción a un estímulo.
Sólo tienes que usar la fuerza de voluntad para cambiar tu reacción al estímulo.
Para entender esto, ayuda volver a ver los cuatro componentes del hábito y re-analizarlos desde la perspectiva de la procrastinación.
La primera es el estímulo. Identifiquen qué los lleva a su modo zombie de procrastinación.
Los estímulos usualmente caen en una de las cuatro siguientes categorías.
Ubicación, hora, cómo te sientes y reacciones, sea a otras personas o a cosas que acaban de suceder.
¿Buscas algo en la web y después te pones a navegar en la web?
¿Si recibes un mensaje de texto, interrumpes tu estudio por 10 minutos hasta que logras recuperar la concentración, incluso cuando estás intentando mantenerte en tus tareas?
 Lo que sucede con la procrastinación es que como es un hábito automático, a menudo no te das cuenta de que comenzaste a procrastinar.
Puedes frenar la mayoría de los estímulos apagando tu teléfono móvil o manteniéndote lejos de la Internet y otras distracciones durante períodos breves de tiempo, tal como cuando estás haciendo un pomodoro.
Número dos, la rutina. Digamos que en lugar de dedicarte a estudiar, con frecuencia distraes tu atención hacia algo menos doloroso.
Tu cerebro quiere ir hacia su rutina cuando recibes tu estímulo. Entonces, es en la reacción al estímulo donde debes enfocarte activamente a reprogramar tu viejo hábito.
La clave para reprogramar es tener un plan.
Desarrollar un nuevo ritual puede ser útil.
Algunos estudiantes agarran el hábito de dejar su teléfono en el carro cuando van a una clase, con lo que eliminan una potente distracción.
Muchos estudiantes han descubierto el valor de instalarse en un rincón quieto de la biblioteca o más cerca de su hogar, o los efectos productivos de simplemente sentarse en una silla favorita en una hora apropiada con todos los accesos a Internet desconectados.
Puede que el plan no les sirva perfectamente al principio, pero perseveren.
Ajusten el plan si es necesario, y disfruten la victoria cuando el plan funcione.
No intenten cambiar todo al mismo tiempo.
La técnica Pomodoro puede servir especialmente para cambiar la reacción a los estímulos.
El número tres es la recompensa. Esto a veces exige un poco de investigación.
¿Por qué estás procrastinando?
¿Lo puedes sustituir con una compensación emocional, tal vez un sentimiento de orgullo por lograr algo, incluso si es una pequeña sensación de satisfacción?
¿Puedes ganar una pequeña apuesta interna, o un concurso sobre algo que conviertas en un juego personal, o permitirte consentirte con un sabroso café, o leyendo un poco en tu sitio web favorito, o permitirte a ti mismo pasar una noche ociosa viendo televisión o navegando por Internet sin sentirte culpable?
Y te podrías dar una recompensa más grande cuando logres cosas más importantes.
Tal vez podría ser entradas para el cine, o comprarte un suéter, o algo frívolo.
Recuerden que los hábitos son poderosos porque crean antojos neurológicos. Puede ser útil agregar una nueva recompensa si quieres superar tus antojos previos.
Sólo cuando tu cerebro comience a esperar la recompensa, se crearán las conexiones que te permitirán crear nuevos hábitos.
Muchas personas encuentran que fijar la recompensa a una hora específica, por ejemplo, ir con un amigo a comprar almuerzo a mediodía, o detener el trabajo principal a las 5 p.m., se convierte en una sólida mini meta que puede ayudarte a estimular tu trabajo. No se sientan mal si al principio no logran que el proceso fluya.
A veces encuentro que hay que pasar días de penoso trabajo, y hacer varios ciclos de la técnica de pomodoro, antes que todo empiece a fluir.
Y me encuentro comenzando a trabajar en un nuevo tema. También recuerden que en la medida en que vayan mejorando en una tarea, esa tarea se va haciendo más agradable.

El número cuatro es creer. La parte más importante de cambiar el hábito de procrastinar es creer que lo puedes lograr.
Les puede suceder que cuando las cosas se vuelvan estresantes, les apetezca regresar a los viejos hábitos que les resultan más cómodos.
Creer que su nuevo sistema funciona es lo que va a hacer que lo superen.
Una cosa que puede apuntalar este trabajo es que desarrollen una nueva comunidad.
Reúnanse con compañeros de clase, o reúnanse virtualmente con amigos, que puedan tener esa filosofía positiva que Ustedes quieren desarrollar.
Desarrollar y estimular una cultura con amigos que piensan igual puede ayudarnos a recordar los valores, que en momentos de debilidad tendemos a olvidar.

Soy Barbara Oakley. Gracias por Aprender a Aprender. Soy Barbara Oakley. Gracias por Aprender a Aprender.

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