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martes, 28 de abril de 2020
Ocuparse de la procrastinación: Es más fácil y valioso de lo que parece
El arsénico es terriblemente tóxico. Durante siglos, hasta que se descubrieron métodos modernos de detección, a los asesinos les parecía una sustancia muy popular. Entonces, se podrán imaginar la conmoción que hubo en la Asociación Alemana de Artes y Ciencias cuando en 1875 dos hombres se sentaron frente a la audiencia e ingirieron más del doble de la dosis fatal de arsénico y al día siguiente regresaron a la conferencia sonrientes y sanos.
¿Cómo es posible ingerir algo tan nocivo para ti y seguir vivo, e incluso verte sano, a pesar del daño que sufre tu cuerpo a nivel microscópico? La respuesta tiene una relación extraña con la procrastinación, y de eso vamos a hablar en los próximos vídeos.
Ya Ustedes han aprendido una herramienta muy útil para ayudarlos a combatir la procrastinación, que es el Pomodoro, ese período de 25 minutos de concentración ininterrumpida seguido de un poco de relajación.
Esta semana vamos a aprender más. Entender un poco la psicología cognitiva de la procrastinación, así como entender la química del veneno, nos puede ayudar a desarrollar sanas medidas preventivas.
En estos vídeos, les voy a enseñar el enfoque de la persona perezosa para atacar la procrastinación.
Esto quiere decir que Ustedes aprenderán sobre sus zombies internos.
Las respuestas rutinarias y habituales del cerebro son el resultado de estímulos específicos. Estas respuestas zombie a menudo se enfocan en mejorar el aquí y el ahora. Como verán, Ustedes pueden engañar a algunos de estos zombies para que los ayuden a vencer a la procrastinación cuando lo necesiten. No todas las procrastinaciones son malas. Incluso si Ustedes son ya muy buenos manejando la procrastinación, aprenderán aquí cosas útiles que les podrán permitir priorizar mejor su aprendizaje.
La razón por la que aprender a evitar la procrastinación es tan importante es que el buen aprendizaje es una actividad paulatina. Les conviene evitar el abarrotamiento, que no construye estructuras neurales sólidas. Dedicándole la misma cantidad de tiempo al aprendizaje, pero espaciando ese aprendizaje comenzando antes, podrán aprender mejor.Lo primero es lo primero.
Al contrario de la procrastinación, en la que es fácil caer, la fuerza de voluntad es difícil de encontrarla. Usa muchos recursos neurales. No es conveniente desperdiciar fuerza de voluntad en controlar la procrastinación, salvo cuando sea absolutamente necesario. Sobre todo, porque como verán, no hace falta. Se recordarán de que procrastinamos en relación con cosas que nos ponen un poco incómodos. Cuando piensas en algo que no te gusta particularmente y se encienden los centros de dolor de tu cerebro, mudas tu atención y la enfocas hacia algo más agradable. Esto te hace sentir mejor, al menos temporalmente. Pero tristemente, los efectos a largo plazo de evitar las cosas sistemáticamente pueden ser perniciosos. Cuando postergas tus estudios, puede ser más doloroso todavía pensar en estudiar. Puedes sofocarte en los exámenes porque no has creado las firmes bases neurales que necesitas para sentirte cómodo con el material. La procrastinación puede ser un mal hábito monumentalmente importante, como una piedra angular, es decir, un hábito que influye en muchas áreas importantes de tu vida. Si mejoras tus capacidades en esta área, gradualmente sucederán muchos otros cambios positivos. La procrastinación comparte características con la adicción. Ofrece excitación y alivio temporales contra la realidad, que a veces es aburrida. Es fácil engañarte a ti mismo, por ejemplo, y pensar que lo mejor que puedes hacer en un momento dado es navegar por la web buscando información, en lugar de leer el libro de texto o hacer los problemas que te asignaron. Puede que comiences a buscar excusas y cuentos. Por ejemplo, puedes pensar que la química orgánica requiere de razonamiento espacial, que es tu debilidad, y que por eso obtienes malos resultados. Creas excusas irracionales que suenan superficialmente razonables, como que si estudias con demasiada anticipación se te olvidará el material. Si tienes problemas de procrastinación, puede que incluso te digas a ti mismo que la procrastinación es una característica innata que no se puede cambiar. Después de todo, si se pudiera curar fácilmente, ¿no te la hubieras curado ya? Sin embargo, mientras más arriba vayas en tus estudios, más importante es que controles tu procrastinación. Los hábitos que te sirvieron en años más tempranos pueden voltearse y morderte. En estos vídeos les voy a enseñar como pueden convertirse en amos de sus hábitos. Ustedes deben tomar las decisiones, no sus hábitos, esos zombies que tienen buenas intenciones pero no piensan. Como verán, las estrategias para manejar la procrastinación son sencillas. Sólo que a veces no son intuitivamente obvias. Entonces, regresemos a esa historia con la que comenzamos este video. Los que comieron arsénico comenzaron con dosis diminutas de arsénico. En dosis diminutas, el arsénico no parece dañino. Incluso puedes inmunizarte contra sus efectos. Esto te puede permitir tomar dosis más grandes y verte sano, aún cuando el veneno esté aumentando lentamente tu riesgo de cáncer y te esté destruyendo los órganos. Del mismo modo, los procrastinadores sólo postergan una cosita pequeña. Lo hacen una y otra vez, y se van acostumbrando a hacerlo. Puede que hasta se vean sanos, pero los efectos a largo plazo no son buenos. Soy Barbara Oakley. Gracias por Aprender a Aprender.
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La primera es el estímulo. Es el disparador que desencadena al modo zombie. El estímulo puede ser algo tan simple como leer la primera cosa de tu lista de cosas por hacer. Es hora de comenzar la tarea de la próxima semana. O ver un mensaje de texto de un amigo. Es hora de dejar de trabajar. Un estímulo en sí mismo no es ni útil ni dañino, es la rutina. Lo que hacemos en reacción a ese estímulo es lo que importa.
Número 2, la rutina. Éste es tu modo zombie. La respuesta usual de rutina que tu cerebro está habituado a dar cuando recibe el estímulo. Las respuestas zombie pueden ser útiles, inofensivas o a veces dañinas.
Número 3, la recompensa. Todo hábito se desarrolla y continúa debido a que nos recompensa. Nos da una pequeña sensación inmediata de placer. La procrastinación es un hábito fácil de desarrollar porque la recompensa, que es volver el foco de tu mente hacia algo más placentero, sucede muy rápida y fácilmente. Pero los buenos hábitos también se pueden recompensar. Encontrar formas para recompensar los buenos hábitos de estudio es importante para escapar de la procrastinación.
Número 4, creer. Los hábitos tienen poder debido a que crees en ellos. Por ejemplo, puedes sentir que nunca podrás ser capaz de cambiar tu hábito de postergar los estudios hasta la última hora. Para cambiar un hábito, necesitarás cambiar tu creencia subyacente. Soy
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